Los padres nos preocupamos por muchas cosas durante el embarazo, principalmente por asegurarnos de que el bebé esté sano. En algunos casos, el médico puede recomendar llevar a cabo una biopsia de las vellosidades coriales. ¿Has escuchado hablar de este estudio? Te lo contamos todo a continuación.
¿Qué es la biopsia de las vellosidades coriales?
La biopsia de las vellosidades coriales, o biopsia de las vellosidades coriónicas, es una técnica de diagnóstico prenatal considerada invasiva. Este estudio permite determinar si existe algún trastorno genético o defectos congénitos, como el síndrome de Down, Tay-Sachs o fibrosis quística (1).
Para ello, se toma una pequeña muestra de la placenta, el órgano dentro del útero que permite que tu hijo se alimente, respire y elimine los desechos. ¿Por qué se hace esto? Sencillamente, porque las vellosidades coriales de la placenta y el feto comparten el mismo material genético. Así, si existiese algún trastorno cromosómico, el mismo sería detectable al estudiar la placenta.
¿Cuándo se lleva a cabo?
La biopsia se lleva a cabo al final del primer trimestre de la gestación, específicamente entre las semanas 10 y 12. Eso sí, es necesario señalar que dicha extracción aumenta el riesgo de aborto espontáneo, incluso más que la famosa amniocentesis.
¿Por qué realizar la biopsia de las vellosidades coriales?
Esta no es una decisión que esté en tus manos, sino que será tu médico quien determine la necesidad de realizar esta técnica invasiva. Por lo general, la recomendación se produce cuando una ecografía o un análisis de sangre indican un riesgo aumentado de algún problema genético. También, en caso de que existan antecedentes familiares o una edad avanzada de la madre (más de 35 años).
Seguridad de los resultados
Si bien realizar la biopsia de las vellosidades coriales suele ser aconsejado en el caso de que se sospeche alguna anomalía en el feto, la técnica no es 100% fiable; es decir que no descarta totalmente la existencia de anomalías. Con esto queremos decir que si bien puede descartar una enfermedad, podría no señalar la existencia de otras.
A pesar de esto, la biopsia es un diagnóstico sobre la anomalía que se está investigando. Es decir que los resultados al respecto suelen ser correctos.
¿Cómo se realiza el estudio?
Llevar a cabo esta prueba tarda, aproximadamente, media hora. Por lo general, se realiza en una sala de exploración ecográfica ya sea por vía transabdominal o por vía transcervical.
En el primer caso, se pincha el abdomen de la embarazada con una aguja larga para alcanzar la placenta. El médico se guía en todo momento con un aparato ecográfico. Así, toma una muestra pequeña de la placenta que, luego, se envía al laboratorio para su análisis.
En el caso de la vía transcervical, se utiliza un catéter para llegar a la placenta a través de la vagina y del cuello del útero. Se toma una muestra pequeña y se envía al laboratorio.
El método escogido depende de lo que el médico haya observado y cuál considere que es la mejor manera (la menos invasiva y la más segura) para alcanzar la placenta.
Merece la pena señalar que no se utiliza anestesia para llevar a cabo el procedimiento. No obstante, el mismo puede resultar molesto, aunque no suele haber presencia de dolor.
Tras el estudio, es normal que aparezca un leve sangrado. Sin embargo, si el sangrado fuese abundante, sería necesario acudir a emergencias. Lo mismo si se perdiese líquido, si hubiese molestias intensas en el abdomen o fiebre superior a los 38º.
¿Cuándo no se debe realizar la biopsia?
Supongamos que por tu edad o alguna anomalía, el médico evalúe realizar la biopsia de las vellosidades coriales. Igualmente, pueden existir algunas contraindicaciones que eviten que este estudio se lleve a cabo. Estas son algunas de las circunstancias que lo impiden:
- Sangrado vaginal.
- Cuello del útero estrecho o inflamado.
- Herpes genital activo.
- Madre con Rh negativo sensibilizado.
- Miomas uterinos: esto puede ser una contraindicación según su ubicación.
- Cirugía previa del cuello del útero.
- Problemas de coagulación.
Riesgos de la biopsia de vellosidades coriales
Tu médico evaluará si realizar esta biopsia es necesario. No obstante, es cierto que existen algunos riesgos, como el aborto espontáneo. La presencia de aborto se ha evidenciado en 0,22% de los casos estudiados (2) e, incluso, algunas investigaciones señalan que no tendría relación con la realización de la biopsia (3). También puede provocarse un trasvase de sangre fetal al torrente sanguíneo de la madre e, incluso, podría dañarse al bebé con la aguja.
Estos riesgos se presentan de manera poca frecuente, pero es importante tomarlos en consideración para evaluar si realizar o no la biopsia.
En conclusión, la decisión de llevar a cabo la biopsia de vellosidades coriales es tuya. Por supuesto, el médico la puede recomendar en caso de notar alguna anomalía. Sin embargo, es tu decisión, en última instancia, si realizar esta prueba o la amniocentesis. Esta última se realiza durante el segundo trimestre del embarazo y el riesgo de aborto es levemente inferior.
Si se requiere de un diagnóstico temprano, quizá merezca la pena realizar la biopsia. Si no es así, por ahí sea más seguro llevar a cabo la amniocentesis para minimizar los riesgos.
*El contenido de este artículo no es un consejo médico y está destinado únicamente a fines informativos y educativos.