El parto nunca es como se espera y hay que estar preparada para todas las posibilidades. Una inducción de parto es más habitual de lo que parece y puede producirse por varios motivos. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber.
Lo esencial que hay que conocer sobre este tipo de parto
El parto es un momento único y maravilloso que, de forma natural, se produce cuando el proceso de desarrollo fetal ha concluido satisfactoriamente. En los humanos se trata de 9 meses, o 40 semanas para ser más específicos.
Es posible que alguna vez hayas oído de embarazos que superan las 40 semanas y es justamente en esos casos que mayoritariamente se recurre a la inducción.
Un parto inducido es aquel que se produce como resultado de la aplicación de fármacos y/o ejercicios específicos que provocan que el útero se contraiga durante el embarazo, antes de que el parto comience por sí solo para lograr un parto vaginal (1).
Sin embargo, dado que la inducción del parto consiste en iniciar el mismo por medios artificiales, es correcto decir que implica forzar tu cuerpo a entrar en el proceso de parto cuando aún no está listo. Esto, claramente, tiene más posibilidades de acabar en un parto instrumental o una cesárea.
¿En qué situaciones se hace un parto inducido?
En la mayoría de los casos, se hace un parto inducido cuando el médico a cargo lo indica. Sin embargo, en los últimos tiempos, es común el debate alrededor de este tema.
La creencia que se está estableciendo es que cada vez resulta más normal que se convenga una fecha de inducción entre el profesional y la embarazada para lograr que el parto tenga lugar en una fecha adecuada, no exclusivamente para temas de salud, sinó también por temas puramente logísticos (como para evitar vacaciones o festivos).
Según informan desde el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (2), en los últimos años, el número de partos inducidos se ha incrementado alrededor de un 14% en todo el mundo. De hecho, se ha convertido en uno de los procedimientos más frecuentes en obstetricia, tanto es así que, en España, la tasa de partos inducidos anuales ha variado desde el 9,5% hasta el 33,7% de unos años a otros.
¿Por qué motivo se recurre a un parto inducido?
Los motivos reales por los cuales se debería recurrir a un parto inducido son problemas de salud que puedas tener tú y/o tu bebé.
Si tomamos en cuenta el criterio de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, hay que hacer un balance entre los riesgos que suponen para la madre y el bebé continuar con el parto de forma natural respecto al riesgo que supone provocarlo artificialmente (3).
Sus protocolos indican la inducción al parto en caso de:
- Embarazo postérmino (de más de 42 semanas).
- Rotura prematura de membranas a término y pretérmino.
- Casos de hipertensión en el embarazo (preeclampsia, eclampsia y síndrome HELLP).
- Diabetes mellitus materna.
- Retraso del crecimiento fetal.
- Embarazo gemelar.
- Corioamnionitis.
- Desprendimiento prematuro de la placenta.
- Muerte fetal intraútero.
Con todo lo que hemos dicho hasta aquí, ya queda claro que solo se debería recurrir a un parto inducido cuando los beneficios de anticipar la llegada de tu bebé a este mundo superen los riesgos que este tipo de intervención pueden acarrear.
¿En qué consiste un parto inducido?
Hoy en día, tenemos dos métodos de inducción: farmacológicos y mecánicos.
Entre las formas en que tu médico puede intentar provocar un parto inducido, se incluyen las 4 siguientes alternativas que se apoyan en procesos hormonales (4):
- Ruptura de membranas. Introducción de un dedo en tu vagina hasta atravesar el cuello uterino. El médico moverá el dedo hacia delante y hacia atrás para separar la fina membrana que conecta el saco amniótico a la pared del útero. Al romper dicha membrana, tu cuerpo liberará prostaglandinas (un tipo de hormonas), que ayudarán a preparar el cuello uterino para el parto y que posiblemente desencadenen las primeras contracciones.
- Ruptura de la bolsa de aguas (también denominada amniotomía). Tu médico romperá tu saco amniótico durante la exploración vaginal, con un pequeño gancho de plástico. Si tu cuello uterino está preparado para el parto, la amniotomía lo desencadenará en cuestión de horas.
- Administración de prostaglandina para favorecer la maduración del cuello uterino. Te introducirán en la vagina un óvulo vaginal o un gel que contiene prostaglandina o bien pueden administrarte un comprimido que contiene dicha hormona por vía oral.
- Administración de oxitocina para favorecer las contracciones. Te administrarán esta hormona de forma continua por vía intravenosa, primero en dosis reducidas y, luego, irán incrementándola hasta que el parto evolucione sin complicaciones. Es fundamental que vayan monitorizando constantemente el estado del feto y del útero desde el comienzo de la aplicación.
Si de proceso mecánico hablamos, entonces el parto se induce mediante la colocación de una sonda en el cuello del útero que se hincha como un globito actuando mediante la separación de membranas amnióticas y provocando de forma natural la liberación de las prostaglandinas. Este método se utiliza en los casos en que no se ha producido rotura de membranas y está especialmente indicado para aquellos con mayor riesgo de sufrimiento fetal.
¿Cuánto dura un parto inducido?
En líneas generales, se calculan unas 12 horas, tanto si fuera inducido por métodos mecánicos como por procesos farmacológicos. El parto suele ocurrir durante las 24 horas posteriores al inicio del proceso.
Déjanos contarte que, normalmente, durante estas 12 horas, es posible moverse, comer, estar con la familia, utilizar el lavabo y la ducha.
Otra cosa a considerar es que si se realiza por la noche, este procedimiento tiene mayores opciones de éxito y tú, de descanso.
¿Qué pasa si no funciona la inducción al parto?
Lo hemos anticipado un poco más arriba. Si después de aplicar las diferentes técnicas y medicamentos, el parto no se inicia, será necesario practicar una cesárea o un parto instrumental, ya sea por ventosas, fórceps o espátulas.
Conforme cifras ofrecidas por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento, se estima que hasta el 50% de las inducciones terminan en cesárea.
Por lo tanto y teniendo en consideración que se ha demostrado que la cesárea presenta menores complicaciones cuando se realiza de forma programada que cuando se realiza con carácter urgente durante el parto, es fundamental que pienses bien tus alternativas y hables abiertamente del tema con tu médico para saber realmente cuál es la probabilidad de éxito que podría tener una inducción en tu caso.
¿Cuándo está contraindicada una inducción de parto?
El parto inducido está contraindicado en los mismos casos que un parto vaginal podría estarlo:
- Desproporción céfalo-pélvica.
- Placenta previa.
- Presentación anómala del bebé.
- Cuando la madre tiene antecedentes de rotura uterina.
- Cuando te hayas sometido a una cesárea anterior con incisión uterina clásica.
- Si hubiera hiperdistensión uterina.
Ahora, ya conoces todo lo que hay que saber sobre los partos inducidos. Confiamos en que te sientas más segura y tranquila para optar libremente por este método si fuera una sugerencia médica. Recuerda que cada situación es diferente. Debes hacer lo que sea más “natural” para ti y tu peque. Confía en tu equipo médico y si tienes dudas, busca una segunda opinión. El parto es tuyo, un momento mágico para el que debes prepararte y mantenerte tranquila, ¡todo saldrá bien!