En general, las mujeres nos preocupamos muchísimo por el parto y poco por lo que vendrá después. Pero ¿qué necesitas tener organizado antes de parir? Aunque no lo creas, los consejos que compartiremos contigo a continuación te ayudarán a tener un posparto más sereno y disfrutar más de tu pequeño.
Nuestras recomendaciones se basan en nuestras propias necesidades durante el puerperio. Por supuesto, tu experiencia puede diferir en algún punto. A pesar de ello, te serán de gran utilidad. ¡No lo dudes!
Busca ayuda antes de parir
Lo más importante que debes tener en cuenta es que, tras el parto, necesitarás ayuda. Y no nos referimos solo a un poquitín de ayuda, sino a muchísima. Las primeras semanas, e incluso meses, con tu hijo en casa pueden ser agotadoras. El bebé demandará de ti todas tus fuerzas y concentración. Por lo tanto, lo ideal es conseguir alguna persona que pueda ir a tu casa a ayudarte, al menos un par de veces a la semana.
Créenos: es probable que ni tú ni tu pareja (si la tienes) no tengáis ganas, ni tiempo, ni fuerzas para limpiar o cocinar. De hecho, es posible que algunos días sientas que debes arrastrarte hasta la ducha. Aprovecha, entonces, los últimos meses de tu embarazo para programar quién podrá echarte una mano.
Puedes pedirle apoyo a un familiar o a un amigo. También, puedes recurrir a profesionales, si tu presupuesto lo permite. El objetivo es que tengas una red de ayuda que pueda acudir cuando lo necesites, ya sea para cocinar, limpiar o, simplemente, para cuidar al bebé mientras duermes un par de horas.
Nuestro consejo es que arregles con cada persona cuál será su tarea y qué días le necesitarás. Es mejor pecar de exceso de planificación que sufrir las consecuencias más tarde. ¡Haznos caso!
Cocina y congela
Si tu madre, tu suegra o tu amiga cocina como los dioses, pídele que te prepare comidas durante el puerperio. Así, evitarás tener que pasar un par de horas al día preparando alimentos, pero no renunciarás a una buena nutrición, tan esencial mientras estás amamantando.
Ahora bien, otra opción es cocinar porciones más grandes durante los dos últimos meses de la gestación y congelar una parte para tener comida tan pronto regreses del hospital. Agradecerás poder coger un tupperware del congelador y, simplemente, calentarlo.
Contacta con una matrona, una doula o una asesora de lactancia
Si bien es cierto que amamantar es instintivo, hay muchas cosas que pueden salir mal al hacerlo. Por empezar, ¿sabías que el bebé debe mamar respetando una determinada postura bucal para no lastimarte? Estas pequeñas cositas suelen hacerse patentes una vez tienes al bebé contigo. En muchas cosas, la nueva mamá se entera de ellas cuando ya tiene los pezones sangrantes.
Para minimizar el riesgo de lastimaduras y garantizar una lactancia feliz, reserva una consulta con una asesora de lactancia durante tu embarazo. Consulta con ella si es necesario poner una fecha o si puedes comunicarte una vez haya nacido tu bebé. Verás cómo te ayuda tener una opinión profesional.
Asimismo, la presencia de una doula durante el parto mismo o durante el puerperio puede permitirte transitarlo de una manera más relajada y acompañada. Algunas mujeres sufren de depresión posparto, un padecimiento más habitual de lo que crees aunque todavía tabú. El acompañamiento es esencial para, primero, detectarlo y, luego, superarlo.
Haz un plan de postparto
Puede sonar extraño, pero es tan fundamental como tener un plan de parto. Cuando nazca tu hijo, tus familiares y amigos querrán conocerle. Esto es normal. Así como también lo es que tú desees cierta intimidad.
Analiza junto con tu pareja quién deseas que te visite en el hospital y a partir de cuándo recibirás gente en casa. Asimismo, debes sentar las bases de cómo serán las visitas. Esto significa determinar una duración máxima, el horario que mejor se adapte a ti y tu bebé, y el contacto con el pequeño.
Algunas mamás no quieren que otra persona coja a su hijo en brazos, mientras otras no tienen problema en compartirlo. Respeta tus sentimientos al respecto y hazlos respetar. ¡Tú eliges!
Asimismo, deberás comentar con tus seres queridos que las personas resfriadas no serán bienvenidas para proteger a tu hijo de los gérmenes, al menos durante las primeras semanas.
Por último, no dudes en determinar la manera en que tú y tu pareja afrontaréis a aquellas personas que no respeten las reglas que habéis impuesto.
¿Un último consejo? Tú no estás para servir a nadie durante el posparto. No te preocupes por ordenar, limpiar y cocinar para recibir invitados. Durante la cuarentena, todo invitado debe saber que si va a tu casa, será él quien deberá servirte a ti. Los invitados que preparan té, traen algo rico de comer, lavan platos o limpian el baño serán siempre bienvenidos, mientras que los que pretendan ser atendidos deberás esperar para conocer al bebé.
Infórmate sobre el posparto y prepárate
¿Recuerdas la montaña rusa de emociones de los primeros meses del embarazo? No son nada comparados con el posparto. Es fácil sentirse abrumada por los cambios de estado de ánimo. Tan pronto te sentirás pletórica, como triste. Por supuesto, cada mujer vive un posparto diferente, pero en general es difícil adaptarse a los cambios.
Habitualmente, cuando sube la leche al tercer día, las nuevas mamás sienten lo que se conoce como baby blues. Esto es una marcada sensación de agobio, ansiedad y tristeza que se suele evidenciar en llanto. Su duración es de aproximadamente dos a tres semanas, aunque a veces se puede extender en el tiempo. En este caso, es necesario consultar con un psicólogo para lograr salir del pozo depresivo.
Te lo ponemos claro: una vez tu bebé ha nacido, haces un duelo por el vientre perdido, pero también por la persona que eras antes. Ya no eres tú misma, aunque al mismo tiempo sí lo eres. Eres la misma persona, pero cambiada. Tu cuerpo no se ve igual, sino que luce las marcas de la gestación. Ya no puedes disfrutar de tiempo libre, sino que tu tiempo gira en torno a una persona en miniatura. Todo esto requiere de una adaptación que lleva meses.
Toma en consideración que llorar, sentirse malhumorado, tener insomnio, no poder tomar decisiones o sentirse solo son sensaciones habituales. Saberlo con antelación te prepara para lo que vendrá y te permite afrontar mejor la situación.
Haz las paces contigo misma. Aprende a querer a esa nueva mujer que eres.
Conoce dónde buscar ayuda
No nos referimos a alguien que cocine o limpie la casa, sino a ayuda profesional en caso de depresión posparto. Habla con tu pareja durante la gestación. Es vital que ambos estéis al tanto de los síntomas de la depresión para que podáis actuar en ese caso.
No basta con que tú los sepas: alguien más debe ser capaz de notarlos. Si padeces depresión posparto, es posible que no seas capaz de aceptarlo. Necesitarás a alguien que luche por ti y te ayude, así, a salir del pozo. Si tu pareja conoce los síntomas y tiene información de un terapeuta, podrá contarlo en caso de ser necesario. La información es poder. Averigua antes del parto quién o dónde podrían ayudarte.
Únete a grupos de madres
Toda nueva madre necesita una tribu. Si tus amigas aún no tienen hijos o si tu bebé tiene una gran diferencia de edad con los suyos, necesitarás encontrar mujeres en tu misma circunstancia. Las redes sociales pueden servirte de apoyo. Existen muchos grupos de madres que comparten experiencias, se consuelan y disfrutan de la maternidad juntas, aunque a distancia.
Aprende a hacer oídos sordos
Cuando tienes un bebé en casa, comenzarás a escuchar cientos de consejos cada día. Cada persona que te visite tendrá algo que decir sobre tu hijo o cómo haces las cosas. No te pongas nerviosa, no dudes de ti misma, no cambies lo que crees que está bien por lo que te dicen. Hacer oídos sordos es saludable.
Tú eres la madre de tu hijo y, por lo tanto, eres quien decide cómo se alimenta, cómo y cuándo duerme, y ¡todo lo que respecta a su vida! Los consejos pueden ser bienintencionados, pero generarte estés. Deja que la gente hable, pero sin que te afecte
Prepárate para tu recuperación
Por último, nos queda hablar de tu cuerpo. Tras 9 meses de gestación y una inmensa transformación, tu organismo necesitará tiempo para reacomodarse. Durante el embarazo, puedes comprar algunos productos que te ayudarán en el proceso.
Si piensas amamantar, quizá te convenga tener en casa lanolina o crema de caléndula para los pezones lastimados. Las bolsas de hielo perineal pueden aliviar las molestias tras un parto vaginal, al igual que las almohadillas de hamamelis.
Además, no olvides que durante la cuarentena sangrarás. De hecho, durante las primeras semanas los loquios serán superiores a los de la regla. Tener en casa compresas posparto y bragas de malla desechables te facilitará la vida.
¿Una última recomendación? Las almohadas de viaje son perfectas para usar por la noche cuando amamantas al bebé.
¿Tienes todo lo que necesitas tener organizado antes de parir? Pon manos a la obra y deja todo listo para vivir un posparto de película.