Ser padre primerizo es entrar en una vorágine de dudas, miedos, incertidumbres…. A todo eso, claro, se le suman los cientos de comentarios que a diario recibirás. Muchos de ellos ¡sin siquiera pedirlos! En esta ocasión, entramos en un debate clásico: la necesidad (o no) de tener un esterilizador de biberones.
El conjunto de padres modernos respondería que: «Sí, claro que lo necesito. El esterilizador de biberones, es un elemento que agiliza un proceso que repites muchísimas veces y garantiza la erradicación de microbios y bacterias que se podrían alojar en los biberones (y otros elementos infantiles para ser honestos), lo que es fundamental para cuidar la salud de nuestros pequeños.
Pero también habrá otros padres, de línea más tradicional, que te dirán que: «No, es un trasto que solo he usado un par de veces». Puede ser reemplazado por una olla y agua hirviendo, lo que reduce el consumo eléctrico y el gasto de unos cuantos euros, por no hablar del espacio en tu cocina.
Nuestro objetivo con este artículo, es, más que ser dogmáticos, darte un poco más de información para que escojer por ti misma lo que más te convenga.
¿Por qué comprar un esterilizador de biberones?
Cuando haces la lista de nacimiento, el mercado de puericultura explota de productos que debes incluir. Los esterilizadores de biberones nunca faltan en dicha lista.
Algunos pediatras aseveran que es imprescindible contar con este artículo en tu hogar, mientras que otros simplemente te sugerirán que prestes debida atención al aseo y la desinfección de los biberones.
Si utilizas múltiples biberones por día y tienes una vida ajetreada, podemos sugerirte que compres un esterilizador que te permit liquidar el trabajo rápido. Existen modelos con bastante capacidad, compactos para que ocupen poco espacio y con un consumo de energía comedido.
Si en cambio eres una madre que ha optado por dar el pecho exclusivamente, no pienses que esta compra debe ser tachada de tu lista. Por el contrario, piensa que poder almacenar tu leche y luego dársela a tu pequeño en un biberón bien esterilizado es una continuación de tu protección y cuidado. Podrás descansar un poco, tomar un buen baño o hasta salir a dar una caminata, mientras tu compañero, un abuelo o una amiga alimenta a tu bebé de forma segura e higiénica.
¿Cuánto tiempo usaré un esterilizador de biberones?
En promedio, el uso del esterilizador de biberones se aconseja durante los primeros 6 meses de vida de tu pequeño.
Se sugiere que siempre estemos atentos a las cosas que nuestros niños llevan a su boca. Pero lo cierto es que todo niño precisa crear defensas naturales. Por lo tanto, a medida que va creciendo y teniendo mayor contacto con el mundo exterior, sus defensas se van fortaleciendo hasta el punto que un niño de un año, aproximadamente, puede beber una leche de su biberón sin previa esterilización.
Si se lava y seca el biberón adecuadamente, no habrá riesgo de que tu pequeño enferme por usar un biberón sin esterilizar.
Debemos aclarar algo que es fundamental: secar correctamente no quiere decir pasar un paño ni introducir la mano. El correcto secado de un biberón es dejarlo con circulación de aire para evitar que se formen hongos que luego sí podrían comprometer la salud de tu bebé. Otro factor fundamental es el uso de jabones químicos que puedan dañar el material de los biberones. Siempre debes prestar atención a realizar un enjuague completo y profundo para que no queden restos de leche ni de jabón.
En resumen, ¿necesitas un esterilizador de biberones?
La oferta de variadas opciones y conocidas marcas que respaldan esta compra, nos lleva preguntarnos una vez más: ¿necesitas un esterilizador de biberones?
Pues bien, creemos que ya está claro que la respuesta válida es tanto «Sí, lo necesito» como «No, no lo necesito».
Es decir, no existe una respuesta exacta. Cada familia, deberá seguir su instinto, deseos y necesidades reales. Teniendo en cuenta que lo que de verdad importa es mantener la higiene de los productos de nuestros bebés.
Recuerda: tú eres la madre. Sabes que le hará bien, deseas cuidarlo y protegerlo. No permitas que las opiniones de los demás te hagan dudar. Piensa y déjate llevar por tu instinto, no hay forma de que erres.