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Qué tienes que saber sobre la mastitis durante el embarazo

mamá dando de mamar

La mastitis es una patología bastante común en las madres lactantes, pero ¿sabías que también es posible desarrollar mastitis durante el embarazo? Como lees, es un poco más raro; no obstante, ¡puede pasar! Te lo contamos todo al respecto.

¿Qué es la mastitis?

En primer lugar, merece la pena descubrir qué es exactamente la mastitis. Al fin y al cabo, se trata de una molestia que no solemos descubrir hasta que damos de mamar.

Básicamente, la mastitis es una inflamación del seno, específicamente del tejido mamario que, en algunas ocasiones, está asociada a una infección. De manera general, se presenta como un enrojecimiento de uno o los dos pechos. Al tocarlos, sentirás que están calientes y, por supuesto, tendrás dolor. De hecho, es incluso posible que hasta presentes fiebre alta y escalofríos.

Como ya te comentamos, lo más habitual es que esta enfermedad se presente durante la lactancia, aunque también existen casos de mastitis durante el embarazo, fuera de la gestación y, también, en hombres (1).

bebé agarrado al pecho de su mamá

Causas de la mastitis durante el embarazo

Cuando se habla de la mastitis durante la lactancia, las principales causas suelen ser las bacterias u hongos (2) que ingresan a la mama desde la boca del bebé a través del conducto mamario o una grieta en el pezón, o la obstrucción de un conducto mamario. Pero ¿qué causa una mastitis durante el embarazo?

Lo cierto es que las causas de la mastitis en el embarazo están siendo estudiadas. Al tratarse de una patología rara, al menos su desarrollo dentro del embarazo lo es, no hay demasiados datos al respecto (3). Se cree que esta enfermedad se produce por el acceso de bacterias al conducto mamario, aunque no queda claro de qué manera sucede ni por qué.

Otra teoría indica que los conductos galactóforos pueden dilatarse. Así, la secreción acumulada puede infectarse y si se produce una ruptura de estas vías, el tejido sale al conducto mamario y produce la inflamación.

Finalmente, los científicos señalan que los cambios hormonales podrían ser los causantes de la mastitis durante el embarazo (4). De cualquier manera, estas informaciones no han sido 100% corroboradas mediante estudios científicos.

Síntomas de la mastitis durante el embarazo

La sintomatología no varía ya sea que la enfermedad se desarrolle durante el embarazo o la lactancia. Por lo general, uno solo de los pechos se ve afectado. Ahora bien, si deseas aprender a reconocer esta enfermedad, presta atención a los siguientes síntomas:

  • tu pecho se siente caliente y duele si lo tocas.
  • la zona está enrojecida.
  • sientes una zona más dura en tu pecho.
  • sientes ardor en el pecho.
  • tienes fiebre superior a 38,5 ºC.
  • te sientes cansada.
  • presentas escalofríos.
  • tienes malestar general.
pechos de mujer

¿Qué debes hacer si crees que tienes mastitis durante el embarazo?

Siempre que se presenta una molestia, un dolor o una enfermedad durante la gestación, lo más importante es acudir al médico para corroborar que dicho malestar no afecta al bebé. Asimismo, no debes automedicarte. El especialista podrá indicarte qué medicamentos estás en condiciones de ingerir para mejorar sin afectar a tu hijo.

En líneas generales, para aliviar el dolor y reducir la inflamación, podrías:

  • mojar un trozo de tela en agua caliente, escurrirlo y colocarlo sobre el pecho afectado.
  • darte una ducha caliente, sin que queme.
  • utilizar una almohadilla caliente sobre el seno inflamado.
  • untar una toalla de cocina doblada por ell medio con queso Quark y colocarla sobre el pecho afectado durante 10 minutos.
  • descansar.
  • beber muchos líquidos.
  • tomar paracetamol para bajar la fiebre, la inflamación y el dolor.
  • masajear el pecho afectado para despejar posibles bloqueos de los conductos mamarios. También puedes usar un sacaleches para este fin.
  • utilizar ropa holgada y cómoda, preferentemente de algodón.
  • olvidarte del sujetador hasta que baje la inflamación.

No obstante, a pesar de seguir estos consejos, la principal recomendación (esa a la que no debes resistirte) es acudir al médico para recibir un diagnóstico y un tratamiento adecuados.

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