Todas las mujeres sabemos que durante la gestación nos libraremos de la regla, pero ¿qué sucede con el flujo? Lo cierto es que poco se habla de este tema. Te contamos los cambios que experimentarás y a qué deberías estar atenta.
¿Cómo es el flujo en el embarazo?
El flujo en el embarazo recibe el nombre de leucorrea. Se trata de una secreción blanquecina, a veces levemente amarillenta, viscosa e inodora que te acompañará durante toda la gestación. Ahora bien, si no sabes que el flujo es normal, ¡puedes pegarte un buen susto! De hecho, los especialistas señalan que muchas mujeres acuden a la consulta preocupadas cuando ven que su ropa interior se encuentra humedecida.
¿Por qué hay flujo en el embarazo?
En general, no deberías preocuparte por la presencia de flujo en el embarazo. Este moco vaginal tiene varias funciones diferentes. En primer lugar, es una barrera de defensa contra diferentes patógenos. Los lactobacilos presentes en la vagina mantienen el pH ácido para evitar que se produzca un crecimiento de gérmenes.
Asimismo, el flujo lubrica la vagina y la mantiene limpia de restos celulares. Todo esto en condiciones normales, aunque en el embarazo la cantidad de flujo aumenta debido a, como no, la acción hormonal. Las benditas hormonas incrementan también la acidez del flujo como medio de evitar la entrada de gérmenes, como ya hemos dicho. Pero estos cambios pueden provocar algunos problemas que abordaremos a continuación.
Los cambios del flujo en el embarazo
El flujo vaginal no se mantiene estable durante el ciclo femenino. Durante la época fértil, se vuelve gelatinoso y espeso como clara de huevo, mientras que cuando se acerca la menstruación prácticamente desaparece.
Durante la gestación, también se producen modificaciones el flujo; de hecho, aumenta en cantidad de manera notable. En pocas palabras, estos cambios son los siguientes:
- Flujo con leve tono amarronado o rosado: puede producirse en el momento de la implantación debido a una leve pérdida de sangre causada por el anidamiento de tu hijo en las paredes del útero. Si apareciese después del primer mes, deberías acudir al médico.
- Moco blanquecino y grumoso: se presenta durante los toda la gestación.
- Flujo fluido y claro: esta mucosidad se produce al final del embarazo, antes de la expulsión del tapón mucoso.
- Tapón mucoso: el tapón mucoso se forma para proteger a tu bebé de las infecciones. Se expulsa, generalmente, cuando se acerca el parto. Esta secreción se ve espesa y rosada o, incluso, con líneas de sangre.
4 consejos para estar cómoda con el aumento del flujo en el embarazo
El incremento del flujo puede ser bastante molesto. Si quieres evitar sentirte húmeda y prevenir posibles complicaciones de esta situación, sigue las siguientes recomendaciones:
- Utiliza ropa interior de algodón.
- Mantén la zona genital limpia y seca.
- Evita los baños vaginales.
- Recuerda limpiarte de delante hacia atrás para evitar trasladar gérmenes del ano a la vagina que aumenten el flujo en el embarazo a causa de infecciones.
¿Cuándo debes consultar al médico?
Seguramente, te ha quedado claro que el flujo en el embarazo es normal e, incluso, deseable, ya que protege a tu bebé. Ahora bien, las modificaciones en el flujo pueden indicar una infección o alguna situación que requiera atención médica inmediata. Veamos estas posibilidades.
Cuando el flujo se presenta verde o amarillo, indica la presencia de un virus o de hongos. Habitualmente, este tipo de flujo se asocia con un olor desagradable y a picazón en la zona vaginal. Es importante que acudas al médico para obtener un tratamiento adecuado.
Si el flujo es de color grisáceo y el olor recuerda al pescado, puedes padecer una vaginosis bacteriana. Generalmente, esta se produce cuando existe un desequilibrio en la flora vaginal. También, debes visitar al médico.
Merece la pena señalar que, en algunas ocasiones, tras las relaciones sexuales o una ecografía vaginal el flujo puede verse rosado. Esto se debe a un pequeño sangrado que no suele durar más de 24 horas. Si persistiese, la evaluación médica es más que recomendable.
Por último, destacar que la presencia de sangre junto con el flujo es una verdadera urgencia obstetricia, sobre todo si está acompañado de dolor abdominal.
Nota: en algunos casos, es posible confundir el flujo con una pérdida de líquido amniótico causado por una fisura de las aguas. Si notas un flujo demasiado fluido, puedes llevar a cabo un truco: coloca dos compresas en tus bragas y espera. Si el líquido moja la primera y la segunda, se trata de líquido amniótico. Visita al médico en este caso.
Como puedes ver, el flujo en el embarazo es normal. No obstante, los cambios en el mismo pueden indicar diferentes problemáticas que deberías consultar con el médico.