Ya estás empezando la recta final. Has tenido varias ecografías en lo que va de embarazo y el médico te ha comentado que la próxima es la ecografía de las 32 semanas. ¿No sabes bien por qué se lleva a cabo este estudio? Te lo contamos todo a continuación.
¿Por qué se realiza la ecografía de las 32 semanas?
La ecografía es, como bien sabes, un estudio visual que permite al médico determinar si el bebé está creciendo correctamente. En la primera ecografía, se verifica la presencia de latido, mientras que en la de las 12 semanas se comprueba la translucencia nucal. Más tarde, en la semana 20, se lleva a cabo la ecografía morfológica que revisa cada parte del cuerpo del bebé para corroborar el buen crecimiento y la correcta formación. Entonces, ¿qué miran los médicos en la ecografía de las 32 semanas?
El objetivo central de esta ecografía es asegurarse de que tu bebé sigue creciendo como es debido. Se trata de la famosa ecografía del tercer trimestre y el doctor prestará atención al bienestar de tu pequeño.
¿La ecografía de las 32 semanas debe realizarse justo a las 32 semanas?
Al igual que sucede con las ecografías anteriores del embarazo, es el médico quien decide cuándo realizar cada una de ellas, dentro de un margen lógico. En general, la ecografía del tercer trimestre se lleva a cabo entre las semanas 31 y 33, aunque en embarazos de alto riesgo puede realizarse antes y repetirse posteriormente. En otros casos, los especialistas pueden decidir retrasarla un par de semanas.
¿Qué se observa en la ecografía de las 32 semanas?
La ecografía del tercer trimestre le permite al médico observar el crecimiento del bebé, el funcionamiento de la placenta y, también, la posición de tu hijo, además de su bienestar general. Veamos cada una de estas variables.
Estado general del embarazo
Una de las variables que se observan durante este estudio es el estado de la placenta; así, se busca determinar si esta continúa trabajando correctamente. Se verifica, entonces, que no haya señales de envejecimiento ni ninguna otra complicación placentaria.
Por otra parte, se mide la cantidad de líquido amniótico, vital para que tu hijo continúe creciendo sin complicaciones en tu vientre. En caso de exceso o déficit del mismo, se llevarían a cabo nuevos estudios para determinar cuál es la causa y escoger un plan de acción.
Asimismo, se mide la longitud del cuello del útero. Esto ayuda a predecir, con un cierto margen de error, la posibilidad de un parto prematuro. Al iniciar el trabajo de parto, el cuello del útero comienza a borrarse; es decir, a desaparecer. Habitualmente, mide entre 3 y 4 centímetros. Y esto es lo que medirá tu médico.
La posición del bebé
Durante el último trimestre, tu hijo debe adoptar la posición adecuada para el parto: es decir, boca abajo. Si bien en la semana 32 aún es temprano, algunos pequeños ya han adoptado la posición adecuada. Otros lo harán más tarde e, incluso, algunos girarán varias veces antes del parto. El médico observará esta posición, si está encajado, si viene de nalgas… Todo será debidamente anotado para controlar durante las próximas semanas.
Los percentiles y el crecimiento del bebé
Durante la ecografía de las 32 semanas, el médico evaluará el percentil en el que se encuentra tu pequeño. Para ello, medirá el diámetro biparietal y la circunferencia cefálica, la circunferencia abdominal y el fémur. En pocas palabras, tomará las medidas de su tripita, de su cabeza y de su pierna.
Aunque parezca raro, estos datos le permiten al especialista determinar un peso aproximado en gramos. Y eso, a su vez, le deja ver si el bebé está creciendo correctamente. Posteriormente, con estos datos ya obtenidos, el médico los comparará con un cuadro de crecimiento de otros bebés en la misma edad gestacional y del mismo sexo. Así, podrá saber si se encuentra dentro de la “normalidad”.
Al hablar de percentil, los médicos hacen referencia a un promedio que sirve de guía de crecimiento. Un bebé con percentil 50 se encuentra dentro de la media, mientras que uno con percentil 90 está por encima de esta. Básicamente, existirían solo 10 bebés con un peso o una altura superior del mismo sexo y a la misma edad gestacional.
Habitualmente, se considera que un bebé dentro de los percentiles 10 y 90 se encuentra dentro del rango normal. Por debajo de 10, se trataría de un bebé pequeño y por encima de 90, de un bebé grande para la edad gestacional.
La anatomía de tu hijo
Más allá de evaluar el tamaño y el peso de tu bebé, el médico prestará especial atención a su anatomía. De este modo, verificará que no exista ninguna malformación. Cabe mencionar que algunas malformaciones no pueden percibirse en las ecografías, aunque la mayor parte de ellas sí.
Análisis Doppler
Durante esta ecografía, tu médico llevará a cabo el análisis Doppler que consiste en un estudio de la circulación de sangre del bebé y del cordón umbilical. En pocas palabras, el especialista medirá con un pequeño aparato la irrigación en la arteria cerebral media y, también, en la arteria umbilical. Es posible que también observe otros vasos sanguíneos para corroborar datos.
El bienestar fetal
Por último, y antes de terminar la ecografía de las 32 semanas, el médico determinará el bienestar fetal. Este concepto depende de los datos obtenidos en las evaluaciones anteriores. Es decir que es un compendio que unifica la información de peso y percentil, doppler, movimientos fetales y líquido amniótico.
Por último, algunos hospitales o clínicas privadas ofrecen a los padres la posibilidad de ver la carita de su bebé en 4D o, incluso, en 5D. Se trata de una experiencia muy emocionante. ¡Disfrútala!
La preparación para la ecografía de las 32 semanas
En general, no necesitas ninguna preparación especial. Solamente, se recomienda no ponerse aceite ni crema hidratante en la tripa antes de ir al médico. Por otra parte, te recomendamos llevar ropa cómoda y holgada, para que sea más fácil realizar el estudio.