¿Has escuchado hablar de la diástasis abdominal durante el embarazo? Se trata de una afección bastante habitual, sobre todo en el caso de mujeres multíparas, aunque las primíparas también pueden sufrir esta problemática que afecta a los rectos abdominales, o lo que corrientemente llamamos: “los abdominales” o, solo en contados casos, la tableta de chocolate :-p.
¿Qué es la diástasis abdominal durante el embarazo?
La diástasis abdominal durante el embarazo recibe el nombre técnico de “diástasis de los rectos abdominales” (DRA) y consiste en una separación excesiva entre los dos vientres del músculo recto del abdomen. Esto significa que los abdominales se encuentran demasiado separados (más de lo normal) en cualquier punto de la línea alba (1).
Si lo piensas, esta situación es lógica: tus abdominales se abren para hacer lugar para tu hijo.
A pesar de ser un malestar bastante habitual, de hecho los datos indican que llega a afectar al 66% de las embarazadas durante el tercer trimestre de la gestación, no es un tema del que se hable a menudo entre las futuras mamás. Por lo general, los abdominales vuelven a su lugar habitual dentro de los meses posteriores al parto. No obstante, puede suceder que los abdominales no se reacomoden, o no lo hagan totalmente, si has tenido varios embarazos o si has cursado tu embarazo después de los 35 años.
Síntomas de diástasis abdominal durante el embarazo
Como es lógico, es el médico quien diagnosticará los casos diástasis abdominal. Sin embargo, también es posible que tú misma la percibas porque tiene síntomas que pueden resultar notorios:
- Presencia de abdomen abultado.
- Separación de abdominales que resulta visible a simple vista o al tocar el abdomen.
- Mala postura del tronco superior.
- Lumbalgia y/o dolor pélvico.
- Disfunciones del suelo pélvico que pueden traducirse en pérdidas de orina.
- Hernia, en los casos más extremos (aunque no es tan habitual que se produzca).
Lo cierto es que la gran mayoría de las mujeres presentan diástasis de los rectos abdominales tras el parto. No obstante, con el correr de las semanas, tu organismo volverá a sus funciones normales (anteriores al embarazo, queremos decir) y, entre esos procesos, los abdominales deberían reacomodarse. Si 8 semanas después del parto continúas con molestias o los síntomas descritos anteriormente, consulta con tu médico.
La prueba de la diástasis abdominal
¿Piensas que es posible que tengas diástasis abdominal? Recuéstate boca arriba y coloca dos de tus dedos en tu ombligo. Luego, flexiona los músculos abdominales y empuja tus dedos hacia abajo, en tus abdominales. Repite la operación en la zona superior e inferior del ombligo.
Si dos o más de tus dedos entran entre tus abdominales flexionados, no lo dudes: tienes diástasis abdominal. La consulta médica, en este punto, es muy recomendable.
Tratamiento de la diástasis abdominal
Por supuesto, el tratamiento de la diástasis abdominal (2) debe realizarse bajo consejo médico y supervisión del especialista. En líneas generales, se suele recomendar el trabajo con un fisioterapeuta, quien determinará los mejores ejercicios físicos para ti según tu condición particular.
Seguramente, deberás acudir algunas veces a la consulta de fisioterapia y, también, llevar a cabo los ejercicios en casa. Entre ellos, suelen contarse los estiramientos abdominales, los puentes de glúteos las inclinaciones pélvicas y los movimientos de pies y talón. Todos estos ejercicios tienen como objetivo aumentar la presión abdominal para que los músculos se contraigan y vayan obteniendo fuerza y recuperando su posición habitual.
Ahora bien, ten en cuenta que algunos ejercicios tradicionales para el entrenamiento abdominal como la plancha, los abdominales y las flexiones de brazos pueden ser contraproducentes. Por eso, nunca debes realizar ejercicio físico si padeces de diástasis abdominal sin consultar antes con tu médico.
Asimismo, el profesional te indicará la mejor manera de moverte para evitar empeorar la situación: te comentará cómo levantarte de la cama, cómo sentarte y ponerte de pie e, incluso, como levantar objetos pesados y, también, a tu bebé.
Si tu diástasis es grave, el médico podría determinar la necesidad de llevar a cabo una cirugía. La misma consiste en una pequeña incisión bajo el ombligo para unir los músculos abdominales. En el caso de que tu diástasis haya provocado la presencia de “piel colgante”, podrías solicitar que se elimine el exceso durante esta intervención.
¿La diástasis de rectos abdominales se cura?
Generalmente, la diástasis abdominal durante el embarazo desaparece tras el parto, dentro de un lapso de seis meses. Sin embargo, algunas mujeres continúan experimentando esta separación abdominal y sus síntomas. Se cree que la recuperación se relaciona con la distancia de separación de los músculos; es decir que a mayor separación, mayor tiempo de recuperación.
En los casos de mayor separación, se considera que la diástasis de rectos se resuelve dentro del año posterior al parto. Por supuesto, todo depende de tu situación particular. Nadie mejor que tu médico de confianza podrá responder a esta pregunta.
Si te sometiste a una cirugía, ten en cuenta que el tiempo de recuperación puede alcanzar las seis semanas, dependiendo del nivel de inflamación presente en el abdomen. Tu médico te guiará durante este tiempo.
¿Se puede prevenir la separación abdominal?
Como la mayoría de las molestias de la gestación, no es posible prevenir la diástasis abdominal durante el embarazo al 100%, aunque hay algunas pequeñas cosas que podrías hacer para proteger tu abdomen.
En primer lugar, antes de buscar el embarazo asegúrate de tener un centro abdominal fuerte; esto ayudará a que la separación abdominal, en caso de producirse, no sea tan acusada.
Por otra parte, durante el embarazo puedes optar por el uso de una faja para sostener tu vientre, sobre todo en los casos en que tengas una tripa muy abultada. La faja ayuda a sostener y distribuir el peso, quitándole exigencia a los abdominales.
De cualquier manera, no puedes determinar si la diástasis abdominal durante el embarazo hará aparición o no. Cuídate y, durante el postparto, solicita diagnóstico a tu médico para saber de qué manera te conviene actuar y si necesitas o no tratamiento.