Las 26 semanas de embarazo marcan el final del sexto mes de la gestación. Ha pasado mucho desde ese día en que las dos rayitas te anunciaron que pronto te convertirías en mamá. Tu tripa se ha redondeado, tus pechos han crecido y tienes un pequeño que retoza libremente en tu vientre.
Tu hijo está cada día más fuerte y despierto. Juega dentro de tu tripa, se divierte cogiendo con sus manos el cordón umbilical y ya reconoce tu voz. ¿Puedes imaginarlo?
26 semanas de embarazo: el bebé
Durante las 26 semanas de embarazo, tu hijo continúa acumulando grasa bajo la piel. El tejido adiposo es de vital importancia porque le permitirá regular la temperatura cuando nazca. Además, la piel comienza poco a poco a ponerse rosada gracias a la actividad de los vasos sanguíneos que están en pleno desarrollo.
¿Sabías que tu hijo ingiere casi medio litro de líquido amniótico al día? De esta manera, ayuda a madurar su sistema digestivo. ¡Está practicando para cuando pueda probar tu leche!
Si bien el bebé ya tiene ciclos de sueño y de vigilia, lo cierto es que estos son muy diferentes a los de los adultos. Esto será así durante bastante tiempo. Es probable que notes cómo se mueve tu hijo mientras tú intentas dormir… e incluso que alguna patada suya te despierte.
El pequeño ya responde a algunos estímulos. Por lo tanto, si le hablas, es posible que responda de alguna manera, por ejemplo realizando algún movimiento. Lo mismo sucede si das un leve toquecito en tu tripa, quizás el bebé responda también.
Al finalizar las 26 semanas de embarazo, tu bebé medirá ya alrededor de 35 centímetros desde la cabeza hasta los pies y pesará cerca de 900 gramos, puede que incluso más!
26 semanas de embarazo: la madre
¿Has notado que sale un poco de líquido amarillento de tus pezones? No te preocupes, se trata del calostro, el primer alimento del bebé. Es normal que los senos comiencen a elaborarlo a partir de las 26 semanas de embarazo. Algunas mujeres lo secretan ya desde este momento, aunque otras no lo harán hasta después del parto. De cualquier manera, ¡es normal!
Tu tripa ha crecido mucho y es posible que comiencen los dolores de espalda y de piernas. Estos malestares son comunes, sobre todo en el tercer trimestre del embarazo. Intenta cambiar de posición regularmente, utilizar un calzado cómodo (deja los tacones para después del parto) y realiza ejercicio físico para aliviar las tensiones de la parte baja de la espalda.
Si notas los pies hinchados, o los tobillos, la retención de líquidos está haciendo aparición en tu vida. ¿Un consejo? Recuéstate y pon las piernas en alto contra la pared. Tras 10 minutos en esta posición te sentirás mucho mejor.
Si has realizado el test de O’Sullivan en las semanas anteriores y el médico quiere corroborar los resultados, es posible que durante esta semana debas llevar a cabo la sobrecarga de glucosa. Básicamente, este estudio es como el test de O’Sullivan solo que más largo. El mismo consiste en beber glucosa, o un zumo con glucosa, y realizarse un análisis de sangre. Esto se repite las veces señaladas por el especialista en los intervalos de tiempo indicados.
Por último, a partir de ahora comenzarás a notar las contracciones de Braxton-Hicks, si es que aún no las has vivido. Estas son las llamadas «contracciones falsas» o «contracciones de preparación». No indican que el parto esté cerca, sino que el cuerpo se está preparando para ese momento. Son indoloras, aunque un poco molestas, y suelen notarse en forma de un endurecimiento repentino de la tripa.
Checklist semana 26
- Pide cita para realizar la sobrecarga de glucosa, si el médico lo ha indicado.
- Si tus pechos secretan calostro, compra unas compresas para pechos para evitar manchar tus sujetadores.
- Los masajes realizados por un especialista pueden ayudarte a aliviar las molestias en la espalda. ¿Otra opción? Pídele a tu pareja que te masajee los pies. Esto generará alivio en toda tu espina dorsal.
- Evita beber líquidos antes de ir a dormir para no tener que levantarte tantas veces para ir al baño.
- La alimentación saludable sigue siendo fundamental. Sabemos que extrañas el jamoncito, pero si el estudio de toxoplasma no te ha dado bien, deberás esperar para comerlo. ¿Qué tal reemplazarlo por un queso pasteurizado?
- Si padeces acidez, recuerda comer poco y más seguido, siempre optando por comidas frescas.
Empiezas una nueva aventura al final de las 26 semanas de embarazo: ¡el tramo final! Se vienen semanas de gran crecimiento de tu hijo, al menos en lo que a tamaño y peso se refiere… Y tu tripa acompañará. Poco a poco te irás sintiendo menos ágil y, quizás, un poco nerviosa. Tranquila, se acerca un momento muy feliz.
Si te lo perdiste, puedes leer qué pasó en la semana 25 del embarazo. Si quieres saber qué pasará en la semana 27, echa un vistazo aquí.